EL LAVADO DE MANOS

Guía de trabajo

Cada vez que pronunciamos la Oración Dorada estamos declarando la Manifestación Plena de la Divinidad Aquí y Ahora, dentro y fuera de nosotros mismos, para el mayor bien de la Vida en todas partes. Sin límite de espacio ni tiempo, a favor de toda la Humanidad. Trabajar con la Oración Dorada nos tomará una dedicación constante durante nueve días. Es un momento sagrado y como tal requiere una preparación. Sugerimos armar un espacio apropiado, limpio, despejado, donde poder encender una vela y meditar unos minutos en su luz. Lavado de manos Antes de activar el espacio sagrado y pronunciar la oración, sugerimos realizar un lavado de manos. Simbólicamente las manos representan una prolongación del centro cardíaco, son la parte más externa del corazón. Cuando lavamos nuestras manos antes de trabajar con la Oración Dorada, nos estamos preparando para entrar a lo más íntimo de nuestro Corazón. El lavado de manos se realiza con un jarro, hechando agua tres veces en cada mano, desde las muñecas hacia las uñas, pidiendo internamente, purificación, limpieza, humildad. Le pedimos al agua que se lleve todo rastro de mezquindad y avaricia. Le pedimos al agua que nos traiga apertura y generosidad. El lavado de manos es una tradición muy antigua y representa la limpieza que se realiza antes de entrar al espacio sagrado. Por un instante quitamos de nuestras manos el ajetreo y las preocupaciones de las actividades mundanas y lavamos nuestras manos, vaciandolas de todo aquello que no tenga que ver con Dios. Pedimos al agua que santifique nuestras manos y nos preparamos para acceder a una actividad sagrada. (Material canalizado por M.Glusman. Es para compartir gratuitamente. Por favor no lucres con esta información. Gracias./ El uso lucrativo de estos textos genera karma ).